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setiembre 01, 2006

El carnicero espera, varios cortes despues su destino.
Nadie quiere dar ese paso, la ejecución. Una hermosa decapitación. Probablemente ambas partes, el carnicero y el comprador ya hayan comido un par de bocados de los restos. Viejas dagas, viejos platos se repiten.
Ya nada condimenta, ya nada sala algo que se pudre. Ya nadie compra eso.
Esa esperanza de un gran alimento, una enorme esperanza por cierto, destruída en el vacío. Ya nadie piensa. Ya nadie se anima a sentir. Nada nutre.
Y no es anestesia en esta ocasión. Es la cabeza que congelada aún espera. No es hora de ponerse en acción, no es hora de comer, no son horas.
Tal vez lo unico que hay que responder, llanamente no tiene respuesta, porque nadie hace la pregunta.
Y si no hay pregunta no hay respuesta.
Y si no hay reflejo, nadie mira.
Y si no hay luz, vendrán otros colores, espero que no sean pantones.

7 comentarios:

pekerm4nn dijo...

el texto es vago... la foto es buena :P
debe conversar menos en clase, puede y debe rendir más... más en primavera

N.Skunk dijo...

vegetariano!

vinilica vegana dijo...

muy buena la foto, un poco de sol...

Anónimo dijo...

tienen razon, mejor me vuelvo al fotolog!
conchudos!

Federico dijo...

Buena foto. Y si no hay luz, no hay colores.

Saludos

Jean Georges dijo...

Siempre me gustaron las carnicerías. Mirar los cortes desde el metro y centímetros de los diez y estirar la mano para enterrarla en un montón de carne picada. Ah, sensación de la carne resbalando entre las uñas, dedos. Y luego meter el índice, pulgares, en un pulpón jugoso.

Sí, Freud, ya voy.

Explorando dijo...

...pues esa pregunta nadie la sabe, porque todavía no se le inventaron las palabras...


...y nada de pantones, please...


;)